
La exposición a PM2,5 induce la generación de aldehídos reactivos (fuente: artículo “Aldehyde metabolism governs resilience of mucociliary clearance to air pollution exposure”).
Un estudio de la Universidad de Osaka sugiere que la activación de una enzima conocida como ALDH1A1 podría ayudar a proteger los pulmones de la contaminación atmosférica, especialmente en grupos vulnerables como mujeres embarazadas, niños y personas con asma o EPOC.
El equipo investigó cómo el material particulado, PM2,5, dañan la estructura de nuestras vías respiratorias exponiendo a ratones de laboratorio a este contaminante atmosférico en condiciones controladas. Posteriormente, se examinó el sistema respiratorio de los ratones, centrándose en los cambios a nivel celular y molecular.
Los resultados fueron que los contaminantes desencadenaban estrés oxidativo, un proceso en el que las moléculas inestables causaban daño celular. Este estrés dio lugar a la creación de aldehídos derivados del peróxido lípido, sustancias químicas altamente reactivas que dañan el tejido pulmonar.
Como consecuencia, los cilios que recubren las vías respiratorias sufrieron el ataque químico, provocando que las vías respiratorias pierdan su capacidad de autolimpieza, aumentando el riesgo de infecciones y de enfermedades respiratorias crónicas.
Se investigó entonces cómo revertir ese daño, centrándose en una familia de enzimas llamadas ALDH (aldehído deshidrogenasas), concretamente ALDH1A1, que ayuda a neutralizar los aldehídos dañinos. El equipo descubrió que los ratones que carecían de esta enzima eran mucho más vulnerables al daño pulmonar causado por PM2,5.
La investigación concluyó que, dado que la contaminación atmosférica sigue siendo un importante problema de salud en todo el mundo, estos hallazgos podrían ser clave para nuevos tratamientos que fortalezcan nuestras defensas respiratorias.
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