La contaminación del aire es, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, una de las principales amenazas medioambientales para la salud en Europa, que no afecta solamente a los seres humanos. Un reciente estudio del Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment y la London School of Economics ha determinado que se produce un aumento del número de visitas al veterinario cuando la calidad del aire empeora, afectando ésta a la salud de perros y gatos.
Los investigadores utilizaron, por un lado, la base de datos del Small Animal Veterinary Surveillance Network (SAVSNET) que refleja el número de visitas diarias a centros veterinarios del Reino Unido, entre los años 2017 y 2022, así como la especie animal, la fecha y el problema. Estos datos los combinaron con los niveles diarios de partículas PM2,5 proporcionados por la red UK Air junto a parámetros meteorológicos como la temperatura y la humedad. El estudio se centró en perros y gatos por tratarse de las especies que más acuden al veterinario.
Los resultados indicaron que las visitas al veterinario se incrementaban un 0.7% cuando la concentración de PM2.5 promedio aumentaba en 1 µg/m3 de aire en una semana, de forma que a medida que la concentración de partículas aumenta también lo hacen las consultas al veterinario por problemas de salud en perros y gatos. El hecho de que las mascotas se vean afectadas por la contaminación se debe, según los investigadores, a que comparten las mismas exposiciones ambientales que los humanos y, por lo tanto, están expuestas a niveles similares de contaminación del aire ambiental; además, ambas especies comparten muchas de las vías biológicas que conducen a la mala salud y la muerte.
Por tanto, según los autores, mejorar la calidad del aire beneficia tanto a las personas como a las mascotas, tal que una reducción de la contaminación hasta los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud, se podrían evitar hasta 80.000 visitas veterinarias anuales.
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