Un estudio de la Universidad de Tecnología de Sídney (UTS) realizado en ratones sugiere que la exposición prolongada a niveles bajos de contaminación del aire provocada por el tráfico puede aumentar el riesgo de enfermedad del hígado graso asociada al metabolismo.
La enfermedad del hígado graso es la enfermedad hepática más común en todo el mundo y se presenta cuando hay un exceso de grasa en las células del hígado. Puede causar inflamación, cirrosis y un mayor riesgo de cáncer e insuficiencia hepática.
De acuerdo con el autor principal del estudio, el profesor Hui Chen, cuando inhalamos la contaminación atmosférica las partículas de material particulado PM2,5 entran en el torrente sanguíneo a través de los pulmones. El hígado, que filtra las toxinas de la sangre, acumula estas sustancias que pueden incluir metales pesados como arsénico, plomo, níquel y zinc.
Los investigadores expusieron a los ratones a una dosis, 10 microgramos diarios de partículas PM2,5 liberadas por el tráfico, reflejando la exposición diaria de contaminación del aire por el tráfico en Sídney al recolectarse de una de sus principales carreteras.

Resumen gráfico de exposición a PM2,5 en dosis bajas a ratones (fuente: “Prolonged exposure to low-dose traffic-derived PM2.5 causes fatty liver disorder in mice”).
El efecto fue acumulativo, produciéndose a las 8 semanas una alteración en la función metabólica normal del hígado, y a las 12 semanas se observaron cambios significativos. Además, se descubrieron cambios en 64 proteínas funcionales específicas del hígado.
En conclusión, esta investigación sugiere que incluso niveles bajos de contaminación pueden provocar daños en el hígado por lo que no existe un nivel seguro de exposición de partículas del aire derivadas del tráfico.
Leer más